Mi primer libro de ilustraciones

Cuando B. tenía un año, éste fue otro de los materiales que le hice y que hemos utilizado un montón. Consistía en un libro de ilustraciones. Para ello, cogí un cuaderno que tenía por casa con las hojas en blanco y lo dividí en dos partes. En una parte lo dediqué sólo a animales, porque por aquel entonces ya estaba absolutamente alucinada por ellos. Para ello "destrocé" las revistas que tenía por casa, de un año en el que estuve suscrita al National Geographic. Y claro, no podía haber mejor uso porque además las fotos son impresionantes: elefantes, tortugas, orangutanes a la teta de su madre, reproducciones de dinosaurios...

La otra parte del cuaderno estaba dedicada a todo lo demás. No había un interés en concreto, sino que más bien, me basaba en que fueran ilustraciones con mucho colorido, divertidas, con muchos gestos... Durante una temporada me dediqué a coger los folletos de los bancos, de las agencias de viaje, de los centros culturales, de las fiestas de los barrios. Siempre había alguna foto que me podía servir para el cuaderno. Ella misma lo cogía espontáneamente, sobre todo por las noches, y lo íbamos viendo, se iba fijando en detalles... Lo hemos disfrutado mucho. Y ha sido barato y fácil de realizar.