Esta tarde B. me pedía un vaso de plástico y una cuchara. En lugar de una cuchara le doy un palito de estos que dan las máquinas dispensadoras de café para remover el azúcar. Y al rato me viene y me dice toda entusiasmada: "Mamá he pensado que si llenamos el vaso de agua con jabón y mojo este palito, a través de sus agujeros saldrán pompas". No podía perder la oportunidad de que lo hiciéramos, de probarlo y funcionó... Y funcionó tanto que ella se ha cansado de soplar. Me ha fascinado su creatividad: B. se ha inventado un pompero casero.
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