Hoy le he propuesto a B. hacer un collage y como había visto hacer uno a su prima, para el cole, hace poco, pues ha respondido afirmativamente con ilusión. Le he ofrecido alubias, macarrones, trozos de tela... Me he dado cuenta de para todo lo que le ha servido esta actividad: El uso simultáneo de las dos manos (con una daba con el pincel el pegamento en la hoja y con la otra cogía el material para pegarlo); percatarse del concepto de espacio y dimensiones ("esta tela no me cabe aquí"); para estar concentradísima en la tarea; para inventarse espontáneamente una historia ("éste es el papá, ésta la mamá, éste es un hijo y estos son los amigos...") y sobre todo para pasárselo bien.
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