Cuando B. era más pequeña le pinté unas piedras con colores. Lo que pasa que , claro está, se las llevaba a la boca y no me preocupaba tanto que se metiera una piedra en la boca, porque en el parque lo hacía y la acababa echando, como que la chupara estando pintada. Así que, al final, las acabé guardando. Ayer, las encontramos y como suele suceder en el caso de B. fue un buen juguete para ella. Se puso a construir sobre las cajitas de cartón unas casitas de piedra. Disfruto mucho viendo a B. con el juego libre, porque hasta ahora no había sido muy habitual, y ahora sí que ya empieza a hacerlo más.
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