Cuando vi el proyecto que Meni planteaba para la semana pasada pensé que a B. le iba a encantar porque siempre que vamos a casa de los abuelos la encanta ponerse todos los collares de la abuela, uno encima de otro. La realidad, finalmente, creo que ha sido que le ha gustado más la elaboración de los propios collares, que después ponérselos. Para este proyecto, como para la mayoría, tenía claro que tenía que ser con cosas que tuviéramos por casa. Así que hicimos tres collares: uno de macarrones pintados de colores (que es el que tenéis en la foto de al lado), otro de tapones de refrescos pintados y por último, otro de trozos de una caja de cartón de huevos.
Cuando le dije que esa semana íbamos a hacer unos collares enseguida me dijo que de color rosa, así que se puso a pintar con pintura rosa los tapones de los refrescos y cuando estaban secos al día siguiente nos dedicamos a la concienzuda tarea de insertar el scoobidu (hilo de plástico) por el agujero que previamente le había hecho yo a cada tapón. Me di cuenta de que una actividad que a priori parece tan sencilla a B. le llevó su tiempo hacerse con la tarea, pero le encantó y puso todo su empeño en realizarlo . No os puedo mostrar el resultado final del collar porque no tengo foto al respecto. Sí que os voy a dejar,por último la foto del collar de los cartones de huevos.
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