Me están ayudando mucho los libros de Rebeca Wild para entender por qué no se debe interferir en el juego de los niños a no ser que ellos lo demanden. Me gusta mucho observar a B. en sus juegos, en su vida cotidiana y algunas veces me descubro interviniendo, porque me es más cómodo, porque es lo que habitualmente he observado a mi alrededor y, sin gustarme, me sale espontáneamente o porque voy con prisas... Y me digo a mi misma: "Noe, acabas de romper con la magia que había en el juego de B.". Me gusta haber leído cómo es más adecuado, para el desarrollo del niño, no interferir, dejarle que se equivoque y que él mismo encuentre la manera de resolver los problemas o dificultades con las que se va encontrando. De lo contrario, sé que estoy reduciendo su capacidad de pensar, de tomar decisiones, de buscar soluciones, de tener confianza en sí misma... En el fondo creo que nuestras intervenciones son el resultado de una sociedad ,paternalista y poco respetuosa con los niños, en la que vivimos. No perdemos nada y en cambio ganamos mucho, si dejamos a los niños pensar por ellos mismos. Vamos a disfrutar todos mucho más. ¡Ánimo! Sólo es cuestión de observarnos a nosotros mismos, los adultos, de contemplar nuestras actitudes con los pequeños e ir cambiando lo que no está en consonancia con su naturaleza.
Me ha gustado mucho el blog.
ResponderEliminarOs animo a que sigáis con él.
Hablamos.
Para Pipi,
te doy la dirección del blog que tengo para los alumnos, a ver que te parece:
www.teledai-dosa.blogspot.com