El martes estuve en una charla de Laura Gutman en el Círculo de Bellas Artes. De los 45 minutos que estuvo hablando me gustaría destacar un par de aspectos a los que hizo referencia. Comentó cómo todos los bebés cuando nacen esperan encontrarse con el mismo nivel de confort que en el útero materno, es decir, calor, contacto permanente, alimento frecuente, movimiento... De manera que en Occidente no hay muchos bebés que obtengan la calidad de confort esperada. El bebé va a sentir la espera como desesperación, siendo niños DESESPERADOS DE SOLEDAD. Estos bebés "desesperados" serán futuros niños y adultos con permanente HAMBRE EMOCIONAL: un agujero difícil de llenar y que a menudo se tratar de tapar con cualquier tipo de adicción (alcohol, drogas, tabaco, dulces, trabajo, sexo...). Siempre que escucho o leo algo de Laura Gutman pienso en lo sencillo y a la vez complicado que podría ser que con la crianza pudiéramos ir construyendo otro mundo diferente. Sencillo, porque son aspectos de la crianza que están en nuestro instinto y que sólo hace falta pararse a escucharlos y dejarse llevar. Pero difícil también ,porque tenemos las mujeres, y los hombres, muchos obstáculos para bucear en nuestra naturaleza más instintiva (nosotros mismos, la organización del trabajo, las escasas redes de apoyo, los mitos transmitidos de una crianza a capricho del niño...). Yo considero que lo interesante es que seamos capaces de reflexionar, allí donde estemos, con nosotros mismos y con los demás.
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