De cómo ha evolucionado la literatura en casa

Echando la vista atrás, que a veces además de necesario es muy sano, voy dándome cuenta de cómo ha ido evolucionando el tema de los cuentos y los libros en casa. Cuando B. era pequeña, me encantaba ir a las librerías y me era muy difícil salir de ellas sin un cuento en la mano, y ¡cómo no! Hay tantísima oferta y toda tan chula. El gasto era importante y encima cada vez el mueble con menos espacio. Después la biblioteca, mejor dicho las bibliotecas se han instaurado en nuestras vidas como una constante. Ahora todas las semanas tenemos libros nuevos, libros que pasan por muchas personas, libros que sólo van a estar con nosotros unos días y a los que, por lo tanto, no hay que hacerles un hueco permanente en casa. 

Otra cosa que ha ido evolucionando es el tipo de libros que hemos ido cogiendo. Cuando B. era más pequeña eran casi siempre cuentos ilustrados. Ahora, a éstos, hemos añadido: historias mitológicas, cuentos sobre algún pintor (ahora mismo: Un niño llamado Giotto de Paolo Guarnieri y Bimba Landmann , El pequeño Dalí y el camino hacia los sueños de Anna Obiols), algún libro enciclopédico (ahora estamos con uno de dinosaurios que nos está gustando un montón), algún cuento de compromiso social (ahora uno de Jeanette Winter, La escuela secreta de Nasreen, una historia real de Afganistán). La  verdad es que a todos nos está aportando mucho toda esta literatura que leemos en casa.