Ayer leyendo a B. el mágico cuento de El jardín de Hugo cuando llegamos a la página que os muestro en lugar de leer "la zapatilla derecha era un par de centímetros más gruesa que la izquierda", dije "alta". Enseguida B. me corrigió. Recordaba perfectamente ese adjetivo aún cuando se trata de un libro que sólo habíamos leído un par de veces más, hacía ya algunos días que lo habíamos leíamos y además se trata de un cuento largo. Yo no lo hubiera recordado. Y no pretendo con esta entrada alardear de hija, simplemente me sorprendo con la capacidad que tienen los niños en general: memoria, ideas, inteligencia... ¡Para que luego se infravalore a los peques! Ya podíamos aprender un poquito de ellos.
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