Casi todas las noches mi hija mayor decide que se va a la cama con alguna cosa. Ha dormido con una diadema en la mano, con todas las princesas rodeándole, pero ayer me dejó estupefacta. La veo aparecer, en la habitación, con un libro de cuando su padre era pequeño de ciencias naturales y con el que hemos jugado mucho a buscar los animales que tenemos hechos de goma eva. Pensé que quería jugar con ellos antes de dormirse, y le podía haber gritado (el día había sido un poco duro) que no, pero, afortunadamente, me lo pensé antes de hacerlo y me dije: "venga, la última actividad del día". Resulta, que lo quería era dormir con esas dos cosas. Me dejó impresionada. Se durmió y se lo retiré.
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