Desde hace ya mucho tiempo vengo subiendo a B. a la encimera mientras cocino. No por ello no he dejado de recibir reproches: que si se va a quemar, que la cocina no es un lugar para niños... A ella la encanta y enseguida me pide subir a ver qué está haciendo mamá. La gusta mucho echar las especias a la comida, echar los alimentos a la cazuela y la sartén, batir, remover, meter las manos en la masa del bizcocho y por supuesto ir probando, entre medias, de todo un poco. Ello implica manchas en la ropa, que se ensucia más el suelo, vamos nada aconsejado para alguien con poca paciencia o con prisas. A mi me parece que la cocina es todo un cúmulo de juegos para los niños, donde se divierten y encima están aprendiendo un montón de vocabulario, mucho acerca de alimentación y nutrición, y donde desarrollan un montón de habilidades motrices. Vamos que le veo ventajas por todas partes. Lo mismo puedo decir de ir a comprar con los niños al mercado. A mi B. alguna vez me ha recordado algún producto que yo la había dicho que había que comprar y que a mi ya se me había olvidado. En el super además, creo que también a medida que van haciéndose mayores también pueden ir aprendiendo de matemáticas (medidas, precios...), de geografía (el origen de los productos, el mar, la tierra...), de lengua (lectoescritura...), de habilidades sociales... En fin, que si alguien piensa que ir a comprar con los niños es un rollo, yo de momento le veo un montón de posibilidades.
Que gusto leer tu nota Noe, yo he hecho lo mismo. Hasta mi segundo que es super activo se quedaba tranquilito viendome preparar la comida subido en la barra de la cocina.
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