Sobrevivir entre adultos

A veces me da un poco de miedo ver cómo los adultos utilizamos, manipulamos, y controlamos a los niños. Estos tienen que estar aguantando constantemente comparaciones con otros: "Mira cómo come tu amigo" o "Mira cómo tu primito sí que me da besos". Se les intenta "comprar" su cariño constantemente con cosas que todos sabemos que les perjudican: regalos constantes, chuches... Para colmo, se les está juzgando continuamente, con etiquetas buenas o malas que ya les encorseta en un papel que les limita su espontaneidad, su propia manera de ser: "¡Qué niña tan buena!" o "¡Este niño es un terremoto; no hay quien pueda con él!"... Además les utilizamos como escaparate frente a otros: "¡Fíjate, si ya se sabe los colores, verás...!" o "Ya es capaz de escribir su nombre!... También nos gusta mantenerlos en su "ser pequeños", situándonos en nuestro papel de adultos protectores y no dejándolos crecer en autonomía. Después nos sorprende cuando ellos, poco tiempo después, empiezan a repetir los mismos patrones de actuación con otros niños y adultos. La verdad es que tenemos un largo camino por recorrer y hoy es un buen día para empezar a cambiar algo.